Visité por segunda vez México en 2017. Las vacaciones de pareja que me permitieron explorar sin planes y sin compromisos los lugares y las personas que fueron surgiendo estando allí.
Después de esperar la maleta durante un hora y media, ser requisados doblemente por policías de migración que en mi percepción siempre soñaron con ser cops de película hollywoodense, aterrizamos en el Ibis Styles de la Zona Rosa (una burbuja europea en el medio de una ciudad, que a primera vista se debate entre la reconstrucción y el abandono).
Veníamos entusiasmados con la comida, las artesanías coloridas y una imagen de México prefabricada por telenovelas, música pop y documentales europeos de Netflix.
Nos encontramos con una ciudad inmensa, llena de gente introspectiva, golpeada económicamente y muy arraigada en su identidad y costumbres. Las imágenes del pop y la tele se desvanece rápidamente acusando a Telemundo, TV Azteca y Televisa de ser grandes fabricantes de ilusiones y sobre todo de imágenes irreales de un México que no existe.. Un México blanco y glamorizado que no se refleja en las calles del CDMX.
Con una amabilidad y calidez infinita, casi 22 millones de hombres y mujeres transitan la ciudad cumpliendo deberes y soportando la pesadez de una metrópoli, que parece más propiedad de las grandes multinacionales norteamericanas y multilatinas que de ellos mismos. Sanborns, Walmart, McDonald´s, Sears, Domino´s Pizza AT&T y muchas otras se mezclan en las conversaciones y rituales diarios con palabras de origen meshica, azteca y maya.
Los nombres de ciudades y distritos que remarcan la historia mexicana se ven mezclados con franquicias y sus slogans de marketing, colores fluorescentes y campañas de comunicación que despistan y que resignifican cada lugar, una cultura híbrida como bien apuntaría Canclini.
La cultura estadounidense salta de las pantallas a las calles en grandes camionetas diesel detrás de los mezcales, las fajitas y las calaveras coloridas. Códigos y lenguajes gringos se mestizan aquí con lo mas representativo de Latinoamérica. Un sentido de precariedad mezclado con alegría y calidez, un tono musical y dramático que se equilibra con miseria. Se percibe en medio de tpdp una sensación ajena, como si todo fuera de otro o como si ya no fuera en realidad de los mexicanos. Una colonización permanente e insistente, económica, cultural y social. Y sin embargo a los chilangos se los ve felices, perseverantes, callados, amables y optimistas.
La gastronomía y la corporalidad me impactan al llegar, juegan un papel fundamental. Ser grueso y fuerte, es abundancia y poder, una noción hipermasculina y primitiva. Ser bondadoso y generoso sin embargo parte de la norma, así como lo es estar alegre y jovial. La comida es así mismo fuerte, un reto, siempre una nueva sensación. Sentirse vivo bajo el sabor del picante es gracioso, es divertido, tiene color.
La segunda visita a México me ha dejado intrigado, con preguntas y dudas. Sensaciones encontradas sobre quienes ya no son dueños de lo suyo, pero que de alguna manera se siguen teniendo a si mismos.
Estimado Jorge,
Comparto tu visión de visitante con mi experiencia de todos los días en la ciudad, y la manera en que lo articulas me parece puntual y clara, es lo que trato de compartirles a mis estudiantes que aunque viven aquí, sus esferas les permiten habitar la fantasía de Telemundo.
Recién leí artículo donde relacionas los estudios culturales y los de tendencias, me gustaría invitarte a dar una conferencia al respecto aquí, tenemos la materia de Tendencias y estilos de vida y el libro de Raymond es nuestro texto base.
Te mando un cordial saludo (muy mexicano)
Ileana
Hola Ileana
Muchas gracias por tus comentarios. Estaría encantado de dar la charla. El próximo año presento mi libro sobre métodos de análisis de tendencias así que cuando te parezca bien lo hablamos. Un saludo desde Barcelona.
¿Qué te parece si lo planeamos como una presentación de tu libro para el próximo año? Tú me dices cuando planeas tenerlo listo y podemos organizar algo un poco más grande con anticipación. ¿Me podrías compartir tu correo? para seguir en contacto.