Lastimosamente la miseria es una máquina que todos alimentamos. Constituye un ecosistema enorme de actores interdependientes que constantemente balancean sus identidades y su economía a través de la tragedia humana. Es un sistema enorme que mueve grandes empresas, poder y cifras millonarias
Pero como funciona el ecosistema de la miseria?
He podido observarlo, no por venir del tercer mundo ni por haber visitado muchos países en desarrollo, lo he visto vacacionando en Roma este verano. Pero no lo he visto porque haya miseria en las calles o barrios de Roma, lo he presenciado observando a los miles de turistas católicos que masivamente inundan el Estado-Ciudad del Vaticano.
Bajo un sol increíblemente fuerte, cada verano Roma se convierte en el escenario donde repetidamente se actúa el mismo patrón. De múltiples maneras, el mismo patrón de comportamiento, inculcado insistentemente en sus seguidores por el protocolo católico, se ejecuta repetidamente en mil versiones y variedades pero cumpliéndose a cabalidad.
Lo mas sorprendente de los patrones, es que desarrollan un lenguaje identificable a través del cual, acciones que pueden ser distintas y combinables de muchas maneras. significan prácticamente lo mismo; como una pequeña obra de teatro, que puede ejecutarse con muy diferentes actores, con diferentes escenografías, vestuarios y localizaciones pero que transmiten el mismo mensaje.
El patrón refleja su ecosistema. Se constituye como una pequeña unidad de comportamiento, que ejecuta una micro-historia que lo reafirma y lo perpetúa, manteniéndolo “en marcha”.
El patrón está motivado por tendencia a la inercia, tendencia a hacer las cosas de la misma manera, que es contrario a la tendencia al cambio. Pueden general cambios incrementarles (a través de pequeñas variaciones en cada repetición) o cambios radicales de comportamiento o de orientación, siempre dependiendo de la realidad que haya en el contexto, los drivers que motivan la repetición o las variaciones y las necesidades de los actores ejecutantes.
A través de la repetición de ciertos rituales, activamos y perpetuamos el ecosistema de la miseria. En Roma por ejemplo, miles de seguidores de la iglesia católica invierten sus ahorros en unirse a un viaje (peregrinación) organizado normalmente por las iglesias de sus pueblos para conocer la ciudad del vaticano, asistir a una misa masiva o visitar los museos del vaticano donde exhiben grandes tesoros de todas las culturas.
En 2016 casi cuatro millones de turistas católicos visitaron el lugar según el Catholic Herald si calculamos que las entradas oscilan entre 17€ y 85€ compradas en Vatican Museum Tickets o directamente en Musei Vaticani y calculamos un promedio de 50€, tenemos la no despreciable suma de 200.000.000€ solo en entradas.
Pero, quienes vienen a ver estas joyas en los museos? Normalmente encontraremos las poblaciones más crédulas y vulnerables, grupos de “fieles” que han invertido sus ahorros de varios años o toda su vida en la “peregrinación” o extremistas religiosos reafirmando sus dogmas, millenials desorientados, drogadictos arrepentidos y tias solteronas de vacaciones. Tambien se puede uno topar con algún antropólogo, sociólogo o teólogo, historiador del arte, anticuarista, y eso si muchas monjas lationamericanas, africanas o asiáticas.
Sin embargo, este ecosistema o modelo de negocio no solo funciona para el turismo de “peregrinación”. Se hace operativo en casi todas las industrias: por ejemplo cuando los bancos, que cobran a la gente por trabajar con su dinero se quiebran y se rescatan con los impuestos de la misma gente que perdió su dinero en la quiebra del banco. O cuando se privatizan las empresas de servicios público, cuya infraestructura está pagada por los contribuyentes, pero se explotan a través de contratos con entidades privadas de grandes grupos económicos y aún asi requieren un co-pago y abundan en restricciones de servicio.
El ecosistema de la miseria esta explicado tambien en los artículos y libros de C. K. Prahalad and Stuart L. Hart in the business journal Strategy+Business y otras revistas de negocios. El mundo de las stratups digitales tambien ha logrado verlo y explotarlo a traves de empresas “innovadoras” como Uber, Fiverr, Airbnb y otras economias colaborativas que desplazan reponsabilidades en usuarios y prestadores de servicios para engordarse con modelos de intermediación.
Todos y cada uno de nosotros hacemos parte de este ecosistema que cada vez más domina nuestra economia y hace que la brecha de desigualdad entre el 1% y el resto de los mortales sea cada vez más aguda.
Que hacer con ello?
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